De todas las maldades
la tuya dolió más,
Quizás estaba indefensa,
entregada,
confiada,
Una cachetada
Y otra cachetada más.
Deje de creer.
Quede inmóvil.
Sin aire, sin vida
Pisoteaste mi ego,
mi confianza,
hundiste los dedos en
las llagas más dolorosas,
mas vulnerables.
Aquí sigo reinventándome
como el ave fénix
La careta de sonrisa
para salir a caminar,
una vez más.
|