Con su maleta de huesos
Y sus mascaras resecas
desfilando ante mis ojos
recuerdos vienen y van
Temerosos del olvido
embriagados de inocencia
parecen la vieja orquesta
que un día supo tocar
en compás de dos por cuatro
un tango sentimental
Llora el bandoneón y pasa
encaramado a las notas
un ayer que se destroza
de manera singular
con un violín soñador
un piano que se desborda
y una voz que de tan ronca
solo puede susurrar
despojos de esos amores
que ya nunca volverán
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