Para bailar en Cuba prodigiosa
se matizan los ritmos orientales
en la cadera de cimbreante moza
al quejumbroso ritmo de timbales.
Es la isla, de todas más famosa
por sus danzas y lúbricos rituales
y del Caribe la frondosa diosa
con un collar de perlas y corales.
Es Cuba con su azúcar y palmeras
en sus campos de ardiente simetría
que envuelve con su luz mi nuevo día.
Es el viento quebrado en las laderas,
el cielo eterno que mi amor reclama
y en su bandera la flamante llama.
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