Se descolgó el cielo
-reino de tinieblas-,
cuidar de las nubes
parecía un castigo
tan intangibles,
vaporosas,
mantuvieron las miradas húmedas.
Se respiraba melancolía
atmósfera de plástico,
los pasos dejaron de surcar sendero,
el sendero estaba predeterminado.
Aún el grito es acento
demasiada densa la bruma
para apreciar
una hebra de luz
que poco a poco
se filtra.
|