Descansa sobre mi mano
la última gota de frío,
poco a poco
se evapora el invierno
en mis pupilas.
Danzan los primeros brotes
con sus chalecos blancos.
El cielo, tímido, se quita su bufanda,
desnuda sus senos...
¡ ríe, llora de felicidad!
Ungüentos de primavera
para la piel del mundo.
Huele a humedad latente;
se respira un nacimiento en cada rincón.
Los ecos de marzo
sonríen en esta mañana al amanecer.
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