Entre sábanas blancas
respiro su pureza
acariciando mi piel de seda
solas yo y mi almohada
una lágrima brota
dejándose caer sobre mancha negra
empapando mi alcoba vacía
llenándola de un mar de melancolía
en la tristeza que de pronto me llega
y me hace olvidar
que me envolvía la pureza