Eres mi reina, aurora de mi mañana,
todos los soles de mi atardecer,
los bellos sueños de mis noches,
mi pequeña niña que se hizo mujer.
Voy a verte, y con solo mirarte,
descanso en el azul de tus ojos,
tu sonrisa de nácar me arrulla,
besando tu cara olvido mis enojos.
Me siento niña, reclamando mimos voy,
sin darme apenas cuenta, eres mayor,
olvido a veces cosas de ayer o de hoy,
pero no olvidaré darte todo mi amor.
Mi preciosa princesa, cuanto te amo,
mas que a mi misma, lo sabes, pero
ando cansada, despistada, olvidadiza,
por eso mismo llámame, si yo no llamo.
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