Cuando mi silencio habla,
lo hace con eco desgarrador,
desde la solitud dolorida,
la oscuridad de la noche,
llena de abandono y dolor.
Revive el crudo invierno
lleno de escarcha, frío atroz,
camino largo y solitario,
zapatos rotos, hogar sin calor.
Llueve, siempre llueve,
cruzo el puente de madera vieja,
se tambalea a mi paso,
y mi alma tiembla sin queja.
Paso callada por el recuerdo,
que atesora mi memoria,
del olor a pan recién hecho,
la casa donde nací,
mi refugio, mi victoria.
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