Ávida de todo el amor
desnutrida de afectos,
vagué en la noche oscura
sintiendo su degüello.
Asomada a la ventana
contemplo la luna fria,
se estremece mi alma
envuelta en la neblina.
Vislumbro como se aleja
agazapada tras la rendija,
y voy recobrando la paz
se acaba mi pesadilla.
La solitud de la alcoba
cae sobre mi cual lluvia fina,
para empaparme de silencio,
entre la noche y el dia.
ya no duerme alli mi ángel
quedó su cuna vacía,
huimos a otras tierras
para salvar nuestras vidas.
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