Oigo sus voces, suaves,
cariñosas y pausadas,
infundiendo ánimo,
confianza y calma.
El dolor es agudo,
incesante que avasalla,
la inquietud constante,
que invade y traspasa.
La espera, la duda,
que asoma y asalta,
de que suceda lo peor,
queriendo luchar,
y careces de armas.
Tantas cosas por vivir,
otras tantas comenzadas,
nunca es hora de partir,
nunca se está preparada.
Dejar tan pronto la vida,
sin tiempo a saborearla,
no se puede partir así,
aún quiero estar enamorada.
No importan las miserias,
que tenmos en desventaja,
lo que de verdad vale es,
haber bebido su sávia.
Atrás quedó el dolor,
lo recuerdo, todo pasa,
el tiempo aplaca angustias,
de superar tanta carga.
Vivir hoy es placer,
solo respirar es volar,
solo existir es tener
con que saciar el alma.
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