Hoy volví a sentir los miedos
enlutando mi alma de amenaza,
y más que nunca me quise aferrar
al hilo brillante de la espranza.
Obligada emprendí denuevo el camino
cuesta arriba, sin aire, agotada,
luego, aprovechando las planices,
iluminadas por el sol de la mañana,
caminé ensemismada, vencida, cansada.
Pensantiva, envuelta en penunmbras,
dejé que allí todos me estudiaran,
no habia sonrias, mas bien caras largas,
y la mía solo miraba, callaba.
Huía dentro de mi para no preguntar nada,
porque no queria saber, para qué?
si yo misma soy alumno y maestro,
me examino antes de la hora fijada.
Volví a sonreir como una autómata
casi daba gracias al que no me miraba,
tenia miedo que vieran en mis ojos
ese miedo, ese dolor llevado escondido,
esas ganas de salir de quien me rodeaba.
Quería llegar a casa y llorar a solas,
que no quede una lágrima mas para mañana,
contarle en voz baja, sin prisas otra vez,
a ella mi fiel compañera, la soledad,
a él, al silencio, que siempre me acompaña,
que sabe de mis sollozos con la almohada.
|