A veces añoras la libertad,
pero no quieres soltar
las cosas pasajeras.
Todos los acontecimientos
de la vida son despertadores,
si los vivimos con atención.
En el silencio creamos
un clima para ser libres,
para vivir en libertad.
No hay que reprocharse,
no hay que quejarse:
aún me duele esto,
no he superado a quello,
no pasa nada.
El darse cuenta es ver que
no te dejas engullir
por esa situación.
Despierta tú que duermes,
y te liberará el silencio.
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