Compañero, colega, amigo,
allí hoy nos hemos visto,
en el sillón del miedo, y
la esperanza, tú, tranquilo.
Yo agradecida de poder verte,
darte quizás un poco de alivio,
poder quererte, con una sonrisa,
así en tu dolor, unido al mío.
Casi sin palabras, tanto dijimos,
tu mirada en la mía, silencio,
cuando el silencio habla,
no hace falta más, nos rendimos.
Al calor de tu mano, un escalofrío,
esa presión decia tanto amigo mío,
ojalá pudiera hacer algo más,
hacerte saber que estoy contigo.
Meses, dias, en esta espera,
tu necesitas, y te necesito,
saber de tí y tu dolor,
te pienso, y desde aqui te animo.
Cuando me pregunten por tí,
hoy puedo decir que te he visto,
con tu porte resignado, tranquilo,
con tu lucidez, y esa ternura
que de tí yo siempre he percibido.
Siénte acompañado en este tramo,
porque todos estamos contigo,
quisera ayudarte a llevar lo tuyo,
aligerar un poquito este camino,
contar con la mágia de lo divino.
Para hacer muy fácil tu camino,
para que los tuyos tengan fuerza,
que no veas tristeza en sus ojos,
que mucho tiempo te puedan amar,
que no tengas dolor, solo alivio.
Para tí José Atº,
(médico de Urgencias
de nuestro hospital)
|