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Sueño contigo, con tus milagros,
con los ojos que me acomodan la cabeza
y permiten que descanse,
extraño el silencio en tus acciones,
los ojos grandes que ilusionan.
Sueño con los tiempos que el amor era sencillo,
tan fácil como respirar,
extraño la compañía de lo humano,
del sentimiento real que se sentían en tus caricias.
Sueño con el hoy, con que el día tenga más vida,
más de veinticuatro horas, para encontrar tu voz
y recoger tus sueños,
extraño volver a casa y ver los luceros
que permiten seguir.
Sueño con ese día, con hoy, con mañana,
con volver a ser un hombre completo,
extraño las lágrimas que caían cuando te miraba,
cuando luchaba por tenerte para siempre junto a mí.
Sueño con esa plegaria que traiga
de vuelta el universo de nuestras imágenes,
de esas figuras que podían ser como quisieran,
extraño lo simple que era vivir, simple que fue amarte.
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