Robarte un beso, perder la cordura
en tu boca, rezar a Dios por la
emoción perdida en tu suave aroma
de ángel que viaja transparente
hacia mi alma.
Robarte un beso, conquistar el cielo
tomando tu mano, acariciando
imágenes creadas de tu voz después
de un calido hasta luego.
Robarte un beso, terminar de hacer
lo correcto en tus silencios, en tus ojos
que se cierran para admirar el infinito
ante nosotros, ante el amor que vive
en los dos.
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