Ayer volví de un sueño,
volví de mi encierro de saberme desolado,
de saber que tu amor se había ido,
pero ya desperté y la vida aun me
sabe a ayer.
Ayer sentí una caricia mágica
sin pensar que era la despedida
de dos amigos que compartieron
toda su emoción en días claros y
noches frías.
Ayer se creo un nuevo espacio,
el dolor, y de ahí surgió un pedazo
de fe para soportar los minutos
y los instantes en que no estás,
ayer nació mi esperanza de volver a amarte.
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