En medio de la angustia o el despecho
de un sin fin de ilusiones ya frustradas.
Ten concedí el honor de compartir mi lecho
para olvidar mis penas, aquella madrugada.
Te advertí que en mis planes no estabas incluido
y aún así aceptaste aquella invitación.
Y ahora por razones que en verdad no concibo,
te empeñas en jurarme que me tienes amor.
Perdóname, no tengo el tiempo, ni el deseo,
explicarte de nuevo, mi clara explicación.
Aquella ardiente noche de sexo en su apogeo,
tú buscabas cariño ¡yo solo inspiración!
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